Un espacio para dejar volar las ideas, sólo por el simple placer de atraparlas después, si es que vale la pena. No se admiten mediocridades, prejuicios ni lastres que medren el vagar de cualquier espíritu que se considere libre. Aquí no miramos hacia atrás más de la cuenta, pues el cambio es síntoma de evolución; más tarde, el espíritu rebelde le pondrá la "R" faltante, haciendo de la vida ese ejercicio constante de renovación de ti mismo.
miércoles, 11 de enero de 2012
Quédate
Quédate, te pedí una noche, creyendo en lo que sentía.
Quédate, te susurré bajito al oído… con toda la buena
intención.
Quédate, te dije, con lo que creía era un último suspiro.
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