miércoles, 5 de marzo de 2014

Amor

¿Cómo podría definir al amor con sólo 11 años de edad?

Lo supe ese breve momento en la historia, lo sé ahora que es toda la historia. Cuándo ocurrió y cómo ocurrió, cosa difícil de saber… ¿Fue acaso cuando me viste?, ¿Cuando detuviste las voces del tiempo para escucharme hablar, cantar, susurrar y gritar? ¿O cuando, quizás, hiciste al mundo altivo su rostro girar? Podría haber sido cuando de tu mano, en medio del temor que me producía alzar la voz por primera vez, fuerte te sujeté mientras algo me decías… pero es algo que no puedo asegurar.

Podría decir que el amor surgió cuando tomaste en tus manos mis luchas, mis anhelos, mis necesidades, mis temores y mis sueños, y los hiciste tan tuyos que comenzamos a confundirnos tu y yo, en límites fáciles de difuminar, cuando dijiste aquello que hace tanto ansiaba escuchar.

Te amé, sin duda alguna, cuando me mostraste el mundo, uno que existía, que era posible… pero que yo no conocía. Me llenaste de cultura, de música, de libros, de pintura, de tu amorosa locura y poesía. Y cuando aquello no fue suficiente, me diste aún más… Me diste alas para volar por mi cuenta y ser tan libre como el aire, como el sol, como la mañana y la noche, como tu espíritu indomable y tu voluntad, inquebrantables como la fe que puse en nuestro amor, tu amor.

Amar, podría ser, saber que nunca me mentiste, pues incluso cuando me dijiste que te irías algún día, me decías la verdad.  Es la certeza absoluta de ocupar tu corazón en cada sencillo momento, en tus silencios, en tu soledad, en tus alegrías que fueron varias y en las desilusiones que no te pude evitar. ¿Amor? Amor es tu entrega, nuestra entrega a un sentimiento, a una y mil ideas, incluso cuando el mundo se nos vino encima y creímos solos estar.

Amor es transitar todavía el mismo camino que iniciamos juntos, aún tomados de la mano, quince años después. Es la madurez compartida, la experiencia obtenida, la elegía a mi osadía y a tu firme voluntad. Podría ser, quizás, ver cada día un evento maravillosamente imposible, hacerse cotidiana realidad… la felicidad repartida a todo aquel que no creyó posible algún día poderla alcanzar…


Pero, repito, ¿qué se puede decir del amor con sólo 11 años de edad? Mientras me dices, determinante y serio, un solo “POR AHORA”; y yo susurro a viva voz, con insistencia y latiendo el corazón: Para siempre y mucho más…
Foto original de esta servidora, tomada durante el Desfile Bicentenario 2011