Mi mundo tenía un ritmo y una forma...
Tenía sus distancias, sus cercanías y cadencias...
Mi mundo rebosaba de música, de sonidos y de color;
lo perfumaban las rosas y lo decoraba una eterna primavera.
En mi mundo cada mañana era soleada, cada noche era de luna...
Mi mundo era perfecto tal como era...
Entonces llegaste tú y lo trastocaste todo.
Mis primaveras de rosas fragantes, los sonidos y colores...
Mi mundo, antes tan mío, se hizo tuyo...
Mi mundo pasó a ser tú... lo que haces, lo que vives, lo que sueñas...
Conmigo o sin mí, tú eres mi mundo.
La sonrisa cómplice inexplicable, el roce discreto y el secreto a voces.
Tú, la razón de mis desvelos.
Tú, el rostro de todos mis anhelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario