Tan fácil que habría sido, tan sencillo...
El mundo perfecto, la vida soñada.
El sentimiento apasionado, el corazón latiendo a mil por hora.
Una llama arrebatada.
Hoy que más da, una ilusión rota, un corazón martirizado
Una mas...
Jugué tu juego peligroso, con tus condiciones y manías;
en el paroxismo de mi felicidad olvidé, por un momento, que no me pertenecías,
y en medio de este intento fallido, no puedo dejar de pensar
en lo sencillo que habría sido, jamás haberte conocido.